lunes, 23 de febrero de 2009

Blanco

Pues sigo vivo y todo. No "sus" preocupeis, que estaba todo "under" control. De hecho seguramente repita para poder hacer el análisis estadistico.
Bueno cambiando de tercio para hablar de otras cosas. Ayer fuimos a trinear un poco, que algo bueno tiene que tener la nieve y bueno..., al final no trineamos demasiado porque la cola para alquilar los trineos era tan larga como la del paro en España. Asi que nos decidimos a dar un paseo desde la pista del trineo hasta Kringsja. Un paseo de 2 horas y pico con la nieve llegando por los tobillos en el mejor de los casos, en un frondisisimo bosque de pinos y abetos. Pero la verdad es que merecio la pena, me tengo que poner a lo Hemingway para que podais entender mas o menos lo que mis ojos vieron. El dia anterior habia nevado un oceano que inundo todo de puro monocromatismo. Ni el pico mas alto ni el agujero mas escondido se libro de la tiranica blanca manta del invierno. Los arboles parecian cubiteras esperando la oportunidad para unirse a un buen whyskey y en plena tarde el sol resplandecia con luz de mañana fruto de que por estas latitudes, el astro rey se ve incapaz de levantar la vista para contemplar su basto territorio. La niebla hizo acto de presencia en un bosque donde si nos hubieramos encontrado un unicornio, me hubiese parecido lo mas normal del mundo, y de repente, como columnas que sostienen al cielo, aparecieron los abetos mas majestuosos que mi memoria recuerda. Era tal el respeto que imponian que todavia no tengo muy claro si en realidad era yo el observado. Y para terminar de rematar la escena, un atardecer rosado coronaba aquellas colosales figuras. No me creereis, pero aquello parecia un fotograma del señor de los anillos. Solo faltaba que me hubieses traido el arco y las flechas. Lastima de camara tambien. Nos vemos pronto...

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