El otoño ha llegado a su fin en Noruega inundando mis pupilas de arboles desnudandose de sus doradas corazas. Ahora las calles de Oslo son una alfombra de oxidadas y ensangretadas armaduras. Los atardeceres salen cada vez mas pronto, como un trabajador cerca de jubilarse, dejando un rastro inconfundible de rosacea penumbra. Y la primera nevada ya cayo, anunciando que el ciclo estacional no se detiene.Estocolmo fue desvirgada recientemente como ciudad a visitar dejandome claro porque es considerada la capital de Escandinavia. Salamanca recibio mis divisas noruegas como agua de octubre y Londres fue testigo de mi reconcialicion, via MekMek, con Nico de puta. En el trabajo probe la droga de todo investigador, el descubrimiento y eso probablemente me ha valido la renovacion. Aunque no sabre nada hasta dentro de 2 semanas, con lo cual, mi futuro se cubre de una densa niebla, como casi siempre en esta año que ya se acaba. Los White Lies molan, aunque a su directo le hace falta mas tablas. La vida en Noruega se hace mas facil cuando cobras como un Noruego, pero sigo prefiriendo la fiesta de Salamanca.
Cuando mas cosas nuevas descubro mas aprecio las viejas...
Nos vemos en Navidades.
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